CT: La epistaxis es la patología otorrinolaringológica más frecuente atendida en urgencias. En el siguiente artículo se expone su localización anatómica, etiopatogenia, sintomatología clínica, así como las posibles complicaciones. También trataremos el procedimiento diagnóstico, basado fundamentalmente en la exploración y los diferentes modos terapéuticos, los cuales, aunque específicos del especialista, deben ser conocidos y aplicados por cualquier médico adscrito a un servicio de urgencias.
La epistaxis es la hemorragia procedente de los vasos que irrigan las fosas nasales y constituye la patología otorrinolaringológica más frecuente por la que los pacientes acuden a urgencias. Generalmente suele ser de evolución no grave, autolimitada, pero en ocasiones la pérdida hemática puede ser importante y comprometer la vida, sobre todo si existe una patología basal que debilite al paciente, pudiendo incluso llevar a la muerte (la llamada «hemorragia nasal incoercible»). Por tanto, las epistaxis no deben ser consideradas, a priori, tan solo como una hemorragia banal de carácter aislado, sino como un probable signo de otra enfermedad que se ha de investigar y diagnosticar.

N: 1. Del latín científico epistaxis, y este del griego ἐπίσταξις epístaxis [epí ‘sobre’ + stag- ‘gotear’ + -sis]; propiamente ‘goteo’; reintroducido y documentado en inglés desde 1793.
2. La primera vez que aparece en un documento en español registrado por el CORDE es en el periodo comprendido entre 1919 y 1936. Autor: Gregorio Marañón. Título: Climaterio de la mujer y el hombre. País: España. Tema: 14. Tratados y ensayos. Publicación: Espasa-Calpe (Madrid), 1990.
Según el Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española (NTLLE), aparece recogido por primera vez en el diccionario DOMÍNGUEZ (1853).
3. Las superiores provienen de las arterias etmoidales o de sus ramas. En la anamnesis deben recogerse los antecedentes de episodios previos, hipertensión arterial, enfermedades hepáticas y diátesis hemorrágicas; la administración de antiinflamatorios, antiagregantes o anticoagulantes no solo predispone al sangrado nasal, sino que aumenta la dificultad para su coerción.
4. La mayoría de las epistaxis son benignas y se deben a traumatismos locales, que es la causa más frecuente, seguida de traumatismos faciales, cuerpos extraños, infecciones nasales o sinusales e inhalación prolongada de aire frío.
5. El tratamiento se basa, en la mayoría de las ocasiones, en compresión, seguida de taponamiento. Rara vez se precisan la cauterización u otras medidas más cruentas. Si la hemorragia es intensa, hay que lograr primero la estabilización hemodinámica del paciente.
6. No debe confundirse con «epistasis» (situación en la que la expresión de un gen suprime los efectos fenotípicos de otro gen).
7. Respecto al equivalente en inglés epistaxis, Fernando A. Navarro aclara que muchos médicos españoles acentúan incorrectamente esta palabra de origen griego, como si fuera esdrújula (epístaxis o incluso epíxtasis). La forma correcta coincide en esta ocasión con el inglés: epistaxis. Ejemplo: repeated episodes of epistaxis (epistaxis de repetición).

F: 1. DLE – https://dle.rae.es/epistaxis?m=form (consulta 14.11.2020); DTMe – https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS (consulta: 14.11.2020). 2. CORDE (consulta 11.11.2020); NTLLE (consulta: 11.11.2020). 3 a 6. DTMe – https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS (consulta: 11.11.2020). 7. COSNAUTAS/LIBRO ROJO (consulta: 14.11.2020).

SIN: hemorragia nasal, rinorragia.

F: DTMe – https://dtme.ranm.es/buscador.aspx?NIVEL_BUS=3&LEMA_BUS (consulta: 14.11.2020).

RC: arteria